Me gusta y respeto a un hombre que vaya de frente, que te diga, con qué cuentas y con qué no, me gusta que me digan, soy casado, esto es lo que hay; esto me da un margen, además de ser libre para elegir.
También me gustan los que dicen, mira, me gustas, me gustaría salir contigo, pero hasta ahí, solo se trata de pasarla bien, pero nada de compromisos, nada de nada.
Me gusta la honestidad, que me digan su edad, su estado civil, a qué se dedican, si tienen hijos, odio un hombre que esconda a un hijo, por dios. Que sean trasparentes pues, para qué esconder, para qué el camuflaje. Dime quién eres, cómo eres, total, hasta una bella amistad podría surgir, por qué no?, y es que acaso la amistad no se basa en el respeto mutuo?, entonces cómo respetarte si te estas pintando de un color que no tienes? no seas camaleón.
Me gusta que me hablen de verdaderos sentimientos, que sean reales en eso también y por ende, si han sido sinceros desde el principio, dudo mucho que te vengan con «UN TE AMO», repentino, total y absolutamente absurdo, no sería coherente, no les parece?
En definitiva, cuando alguien me dice lo que siente, me agrada.
Entonces no me atrevería por nada del mundo a invadir su intimidad, a dudar ni un solo momento de su palabra, cosa que para mí, aun en estos tiempos, todavía puede que en algunas personas, tenga valor, son raros y contados los casos, pero los hay.
Del mismo modo, me hace sentir segura, quizás suene en algunos casos un poco patán, que te hablen de forma directa y tajante; pero se dónde me encuentro cuando un hombre se toma la gentileza de ser franco, sincero y honesto.
Cuando esto es así, no hay lugar a malas interpretaciones, no hay promesas, no hay mentiras, no hay falsedad, tan solo un contacto, un encuentro, un acuerdo. Que luego pueda surgir algo más, pues es cuestión de azar, de química, de sentimientos, nunca se sabe, pero las bases son sólidas, fuertes, pues se fundamentan en la verdad.
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